La pertinaz sequía.

La cascada del río Xestosa presentaba este aspecto a mediados de verano. En un año especialmente seco y dadas la altura de la estación el caudal está tan disminuido que desaparece la cortina de agua que habitualmente cubre toda la pared.

Cascada del río Xestosa, en un rincón de singular belleza.

En condiciones normales, un fotografía desde este lugar y con este encuadre no hubiera sido posible, teniendo en cuenta el flujo de agua y la altura desde la que se despeña (unos 20 metros), acercarse y subirse a la roca que cierra la poza es tarea de riesgo, pero tampoco tomar fotografías sin que el objetivo se empape con las gotas de agua en suspensión. 

Son ya varios meses los que dura este déficit hídrico respecto a la media de precipitaciones, empezándose a constatar la ausencia de lluvia en noviembre del año pasado, el mes en el que deberían comenzar las primeras precipitaciones tras un verano especialmente seco y con elevadas temperaturas. El verano pasó sin que la situación cambiara. 

Coinciden los expertos en afirmar que los períodos de sequías van a ser cada vez más frecuentes en Galicia asociadas al cambio climático.



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