El pasado ballenero de San Ciprián.

Un mural sobre las paredes de un contenedor situado en el patio del Museo Provincial del Mar de San Ciprián representa los símbolos de este pueblo marinero. No hay marino sin su sirena, y en el cercano archipiélago de las Farallons habita Maruxaina, cuya leyenda se rememora todos los años en una fiesta de interés turístico gallego. En la pintura nada junto a una ballena; de su caza, practicada desde tiempos inmemoriales, generaciones de sancibrenses ganaron su sustento.

Escena marinera en el Museo Provincial del Mar.

Pablo Mosquera, en su libro Senderos para el viajero rememora con nostalgia el pasado ballenero de la Mariña y en San Ciprián. Nos habla de lo que relataba el Licenciado Molina acerca de cómo la caza era una actividad perfectamente organizada y en la que participaba toda la comunidad. Sobre cómo se esperaba el paso de los cetáceos entre los meses de noviembre y febrero, que desde la atalaya se vigilaba su paso y el vigía anunciaba su presencia con una hoguera. En ese momento, desde las playas se hacen a la mar las lanchas, con diez remeros, patrón en popa y arponero en proa. Había que llegar al animal, para arponearlo con una lanza provista de la estacha, después seguirle con las sangraderas hasta que su rendición; y remolcarlo hasta el surgidero, en la playa do Cabalo, donde hombres y mujeres de todas las edades procedían a las tareas de despiece.

Fuentes:

Mosquera, P. Senderos para el viajero. Os Aventados, 2009.

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